«Tuve que descubrir y entender mi propia historia antes de poder escuchar y ayudar a los demás con las suyas» Barack Obama
La semana pasada, durante una conversación con una amiga muy Re-evolution, me confesó que no sabía venderse profesionalmente, y ello a pesar de tener una trayectoria brillante, con puestos importantes en diferentes multinacionales y países. “No tengo una historia que tenga sentido”, me dijo. Y esa frase nos ha inspirado a la hora de escribir este post.
Cuando en un curso preparamos a los alumnos para ‘vender su proyecto’ o a sí mismos siempre insistimos en una cosa: storytelling. “Buscad esa historia que os haga conectar emocionalmente con vuestro público. Encontrad esa ‘conexión Avatar’ que hará que vuestro discurso cale realmente”. A veces, dicen: “Pero, ¿cómo voy a crear una historia si estoy hablando de algo ‘tan poco atractivo’?” A lo que respondemos: “Siempre, siempre, podemos construir un relato que enganche”. Y es que, desde nuestro punto de vista, hoy no basta con tener formación, experiencia y actitud, además hay que saber comunicarla.
Pero, ¿por qué las historias personales son tan eficaces como herramienta de comunicación?
- Porque son capaces de captar la atención de la persona que nos escucha y eso, ante la cantidad de estímulos que tenemos hoy en día, es un logro.
- Porque son altamente motivadoras y movilizantes en la medida en que contienen información que apela a nuestras emociones. Y la información que logra emocionarnos penetra de una forma más profunda y rápida en nuestra mente.
- Porque nos permiten representar y analizar una situación y hacer inferencias. Si la situación se vuelve a repetir, imitaremos el comportamiento exitoso que aprendimos con el relato escuchado.
- Porque tienen un alto contenido lúdico y, como tal, resultan más atractivos para la audiencia.
- Porque son altamente nemotécnicas. ¿Cuántas veces, ante un relato, lo vivimos de una forma tan intensa que nos identificamos con sus personajes y nos proyectamos en ellos? Es como cuando vemos una película y empatizamos con los protagonistas. Cuando esto sucede, la atención que prestamos al mundo real se reduce y se incrementa, por el contrario, nuestra concentración e implicación emocional con lo que están viviendo o nos están contando.
¿Y que necesitamos para hacer de la nuestra una historia que impacte?
- Autoconocimiento. Es fundamental conocernos para construir nuestra identidad, nuestra marca personal, nuestro estilo de comunicación y nuestro storytelling personal o profesional.
- Comunicar de forma emocional y personal ya que solo así conseguiremos reconocernos más en nuestro trabajo y conectar mejor con los demás.
- Establecer una estructura narrativa (da igual que sea por orden cronológico o circular, lo importante es elegir un buen hilo conductor)
- Seleccionar la información que incluiremos en nuestro relato.
- Transformar la información en acontecimientos, ya que estos ayudan a nuestra audiencia a visualizar nuestra historia.
Y tú, ¿Ya tienes tu historia? En People Re-evolution nos encantaría escucharla. ¿Te animas?
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